“Amor y sangre en la oficina” ahí empezó todo
Decidí hacerme escritor cuando leí ‘Amor y sangre en la oficina” de José Martí Gómez. Yo descubrí con Martí Gómez que la literatura te permite dar los datos, incluso aquellos que no caben, e incorporar todo aquel lujo de sensaciones, de emociones, que tu has experimentado cuando colisionas con la realidad y que lógicamente no has de poner en la noticia.
Martí Gómez es para mi un referente, que me ha enseñado mucho de la profesión sin que él mismo fuera consciente de ello. Leí su libro hace años y fue entonces cuando me decidí a escribir mi primera obra “atracadores”. Aún me queda mucho, mucho. Lo del romanticismos de la delincuencia lo da la perspectiva, el paso del tiempo, el retrovisor. Cuando Martí o Huertas o Vinader informaban en los setenta sobre crímenes y criminales pasaban, seguro, los mismos sinsabores y las mismas alegrías que yo estoy pasando hoy.
Con el transcurrir del tiempo las vivencias se modulan en nuestras cabezas y nuestro corazón. Por ello, como decía mi padre, los acontecimientos y las vicisitudes se han de analizar con los ojos del momento en que ocurren. No confundamos romanticismo con vocación.
¿Escritor de novela negra o periodista de sucesos?
Creo que el periodismo de sucesos es el periodismo en estado puro, al menos, hoy por hoy, es el periodismo menos contaminado por los apriorismos coyunturales y por la manipulación de los poderes político y económico.
En la crónica negra observamos a personajes desmaquillados, con conductas a menudo espontáneas , vemos las altezas y bajezas de la condición humana con gratificante nitidez. Por ello creo que debería ser práctica obligatoria para los estudiantes de periodismo.
Como la profesión en general, también el ámbito de la crónica negra está cada vez más prostituido. Qué se le va a hacer (salvo joderse y algo más…) pero con todo, seguimos siendo los que hacemos un periodismo mas vocacional y menos bastardo.
Entre periodista y escritor… me quedo con los dos, pero yo soy básica y profundamente un periodista. La literatura de no ficción es el periodismo con sentimientos y emociones, y eso también es muy gratificante de ejercitar.